Índice
- El pasado del futuro… en imágenes I
- El pasado del futuro… en imágenes II
- El pasado del futuro… en imágenes III
En vísperas de la primera guerra mundial, el imperio ruso tuvo también visionarios de lo que podría ser uno de los futuros, en este caso el futuro siglo XXIII, con el asentamiento de nuevos medios de transporte y de nuevas tecnologías. Los ilustradores de ese posible futuro reflejaron en imágenes ferrocarriles aéreos junto con aviones buses y aglomeraciones de automóviles y el caos que podría originarse, como puede apreciarse en la primera imagen.
El mundo idílico que mostraban las imágenes aunaba la estética y las formas de antes de la primera guerra mundial con la aparición de naves aéreas en los cielos, dirigibles y otros artefactos de gran imaginación, en lo que sería una visión futura de la Plaza Roja de Moscú que en dicha imaginación estaba muy alejada de los estragos de la inminente guerra y de la posterior revolución.
Moscú se transformaba en una metrópolis futurista con un sistema de transporte público de aero railes, la plena automatización del transporte con automóviles y autobuses, dejando a un lado los tranvías, e incluso con zonas de embarque aéreo. De lo que el ilustrador no tenía ninguna duda era de los atascos producidos por los artefactos de transporte tanto privados como públicos.
Al igual que otros ilustradores de la época, como Albert Robida, el ilustrador ruso de estas postales del siglo XXIII mostraba gran interés en hacer ver a sus contemporáneos que grandes estaciones, en este caso de aerobuses a raíles, se establecerían en las grandes ciudades de Rusia, como Moscú.
Un mundo donde domina la máquina pero que en el que perviven las etiquetas y formas del siglo al que pertenece el ilustrador y que refleja por una parte un desfile militar de lo que podría ser la guardia del Zar junto con nuevos y grandes edificios y en los cielos naves aéreas y estructuras de raíles que permiten que los aerobuses puedan ir de un lado a otro del gran Moscú del siglo XXIII.
Dejamos la Rusia imperial del siglo XXIII y vayamos al mundo imaginado por Albert Robida (1848-1926)
Robida nos legó un inmenso trabajo en el mundo de la ilustración, la caricatura y la escritura cómica. Veamos algunos ejemplos de sus visiones del futuro. La primera es la vez homenaje a los aeronautas que con sus globos aerostáticos surcaban los cielos de su época y su visión de las posibilidades a mayor escala de esos globos. En su obra El siglo Veinte nos presente un futuro casino aéreo.
Otra visión de la irrupción de la máquina en el futuro cercano o lejano, el piano máquina, que como se apreciará para algunos en la ilustración no tenía una grata melodía.
Ya en la época de Robida las grandes aglomeraciones en el Museo del Louvre existían y el autor imaginó una forma rápida de poder evitarlas, una especie de raíl para ver las obras de forma rápida.
¿Y por qué no utilizar el espacio hasta sus máximas consecuencias en un París que ya eral igual que otras grandes ciudades de occidente metrópoli? Encima del Arco del Triunfo de Napoleón I edificar un hotel internacional?
De igual forma la creación de casas aéreas podría a la vez descongestionar las grandes ciudades y ser un aliciente para el viaje para aquellos que gustaran de querer viajar sin salir de su hogar.
La electricidad no solo era la nueva energía limpia y moderna para las grandes ciudades, era también una forma segura de evitar a los ladrones, como en este caso.
Reutilizar los viejos monumentos, como la torre de un templo religioso como aeropuerto para lo que podríamos calificar de aerotaxis es otra ocurrencia imaginativa de Albert Robida.
Pero no solo Robida imaginaba el efecto de la máquina en el mundo de la Belle Èpoque, pensaba que la mujer tendría un papel relevante en el futuro a corto y medio plazo, he aquí lo que parece ser una audiencia judicial y a una mujer que bien pudiera ser defensora o fiscal en el juicio.
Un París nocturno en el que los artefactos voladores privados y de transporte público se enseñorean de los cielos de la capital francesa.
Tubos de transporte, en este caso el Expreso a Madrid, es otra de las imaginativas propuestas del pasado para un idílico futuro en el que el tiempo es vencido.
Y de nuevo imágenes del futuro liberado de la mujer, en este caso un duelo femenino que es presenciado por multitud de personas.
O la mujer soldado.
La publicidad del futuro según Robida. En los intermedios entre actuaciones de los teatros se ofrecen anuncios matrimoniales.
Albert Robida imaginó como los submarinos serían medios de transporte de masas.
Los sueños de un futuro combinado con la Belle Èpoque se harían añicos tras la primera guerra mundial, de ello saldrán nuevas imágenes del futuro desde el pasado…
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