El pasado del futuro en imágenes III

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Y llego la primera guerra mundial. La primera guerra mundial sería un inmenso osario de toda una generación europea y la belle èpoque dejaría de existir. Los más jóvenes, los más llenos de vida desaparecerían por unos cuantos metros de avance en trincheras de lodo con un aire de cloro. Era un mundo que utilizaba la ciencia y la tecnología no al servicio del ser humano sino como medio para dominar, someter y anular al otro con el tributo de millones de muertos. Y la invención se puso al servicio de ser los mejores en ganar al oponente con máquinas de destrucción. Algunos inventos como el carro de combate o el aeroplano se utilizarían junto con las armas químicas, aparecerían otras que eran modificaciones de lo existente, como el reloj de pulsera. Veamos lo que se quiso poner en práctica y solo quedó en un mero experimento piloto o en el papel del diseñador o inventor…

Primero sería la adaptación de lo existente al futuro que hacía que el híbrido surgido fuera como una bestia extraña mitad hija del pasado y del futuro, como el soldado de caballería con su montura…

La caballería daría paso a los carros blindados, en realidad cañones o ametralladoras en movimiento con un motor, que producía estupor en las trincheras…algunas invenciones serían impracticables o incapaces de ser efectivas.

Otros modelos se encontraron con que el verdadero enemigo para su utilización era el terreno…

Y en el caso de este prototipo de carro de combate ruso de 1915, su envergadura y ruedas lo hacía más un fácil blanco para el enemigo.

Desde el aire el enemigo podía lanzar proyectiles y para poder estar a resguardo, para poder estar preparado se inventaron herramientas de escucha que parecían surgidas de cuentos….

El horror que vendría del aire no solo se vería en los campos de batalla, pronto se utilizarían los dirigibles, que habían sido ilustración de un mundo idílico de taxis aéreos, de naves voladoras precursoras de los futuros aviones de pasajeros, en armas de guerra de terror psicológico con su utilización como bombarderos haciendo estragos en ciudades como Londres. Los contendientes pronto tuvieron sus flotas como ésta imagen de las fuerzas de dirigibles británica y germana.

En la tierra, en las trincheras, se tuvo que volver a utilizar las corazas, las cotas de malla y las armaduras en definitiva, para hacer frente a los obuses de gran calibre, las ametralladoras y las bombas de miasmas químicas…

Tras la muerte y la destrucción a millones de la primera guerra mundial vendrá los felices años veinte, y con ello volverán los sueños del pasado de futuro en nuevas imágenes.

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Alberto García Gutiérrez
Alberto García Gutiérrez